NO ENVIDIANDONOS UNOS A OTROS
Gálatas 5:26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
ESTUDIO DE GÁLATAS
Pablo expone aquí más ampliamente lo que ya había dicho antes. «Andaréis y avanzaréis por el camino correcto en el espíritu», declara, si vosotros que sois fuertes no os llenáis de soberbia ante los débiles, si no os complacéis en vuestro propio modo de ser, si no miráis con desprecio a los débiles por el hecho de que no sean como vosotros, a la manera del fariseo aquel (Lc. 18:9 y sigtes.) que glorificó a Dios para realzar su propia gloriosa imagen, y envileció al publicano.
Pues si hacéis como éste, irritaréis a los más débiles y provocaréis su envidia con vuestra varia jactancia; y de este modo os hostigaréis recíprocamente, vosotros como provocadores, y ellos como envidiosos, y ni unos ni otros avanzaréis conforme al orden correcto del espíritu.
Además, ¿quién no es irritado hasta lo sumo por las más grandes de todas las ofensas (porque lo que hemos mencionado hasta ahora, son cosas que sólo afectan la existencia física)?
¡Con cuántas disposiciones se nos inunda respecto de robo, usura, herencias, testamentos, y respecto de toda suerte de reintegraciones, tanto cuestionables como reales, no importa que se trate de efectos pertenecientes al patrimonio de menores de edad o de gente pobre!
turistas al año en miles
Paises mas pobres del mundo. MOLDOVA Pais mas pobre de Europa.
¡Y la remisión de pecados horrendos virtualmente nos la endilgan a la fuerza, ni qué hablar de su práctica de venderla con la mayor ligereza tanto a los que no la quieren como a los que la quieren - y todo esto so pretexto de erigir ese solo edificio muerto que es la basílica de San Pedro,10 o por otro motivo más fútil aún!
Admito: estas cosas hay que soportarlas; no se debe «envidiar» (cap. 5:26) ni «morder» (cap. 5:15).
Pero ¿quién nos dará huesos lo suficientemente robustos como para poder soportarlo?
¿O no está permitido lamentar nuestra debilidad? ¿No nos está permitido decir: «Estas cosas hay que soportarlas, pero no somos capaces de hacerlo»?
De ninguna manera se puede hablar de calumnia ni de envidia si al imponérseme una carga imposible de llevar, yo levanto mi voz para decir que me faltan las fuerzas para ello.
Además, estamos ocupados aquí en el estudio de las Sagradas Escrituras; si en esta tarea censuramos, «mordemos» y denunciamos estos abusos y otros similares, obramos correctamente y conforme a nuestro deber.
¿O por qué aquellos grandes señores, tan eruditos y tan inertes, de nosotros que soportemos esas cosas? ¿No seria mucho mejor que se lo exigieran también a si mismos, para no irritarnos, -máxime teniendo en cuenta que para ido «envidiarlos» nosotros a ellos, corresponde que en primer término ellos desistan de «irritarnos» a nosotros?
Además, como por la posición que ocupan, ellos están en mayor obligación para con el amor, tendrían que poner mucho más cuidado en no irritar, que nosotros en no envidiar. Así, nosotros no seamos irritados por ellos ni ellos envidiados por nosotros. Y entonces, los que «debemos vivir en el espíritu», también podríamos «andar por el espíritu».
Tal vez me dirás, amado lector, que siempre estoy arremetiendo contra la curia romana, empresa hasta ahora por demás insólita.
A esto te respondo: Dios es mi testigo de que no lo hago por una aversión personal o de puro gusto; por mi parte no tengo deseo más ardiente que el de permanecer oculto en algún rincón. Pero si he de exponer públicamente las Sagradas Escrituras, como es mi deber, quiero servir a mi, Señor Jesucristo con sinceridad lo mejor que pueda.
Pues si al tratar las Sagradas Escrituras se las interpreta sólo con referencia a cosas del pasado, sin aplicarla también a nuestro propio vivir y actuar ¿de qué podrán servirnos?
Serán entonces palabras frías, muertas, y ya ni siquiera divinas. Tú mismo ves cuán acertada y cuán vívidamente, más aún: cuán ineludiblemente apunta nuestro pasaje a nuestra era presente.
Ejem: COMISION PERMANENTE DE LA FEREDE. Foto 2014
Si otros no tuvieron el coraje o el conocimiento suficiente para hacer esta aplicación al tiempo actual, ¿qué hay de asombroso entonces en el hecho de que los maestros de teología vivan sin ser hostigados?
Tengo la plena certeza de que la palabra de Dios no puede ser tratada correctamente sin que de ello resulte odio y peligro de muerte; y estoy igualmente seguro de que la única señal de que la Sagrada Escritura ha sido tratada correctamente es cuando causa ofensa, especialmente entre los grandes y poderosos del pueblo.
La palabra de Dios es «la piedra para tropezar» (Is. 8:14) «junto a la cual son devorados los jueces de los pueblos» (Sal. 141:6; Vulg. 140:6).
En fin, la iglesia clama en alta voz que «los príncipes la están persiguiendo» (Sal. 119: 161) y «los príncipes» fueron también los que crucificaron a Cristo (1 Co. 2: 8 ) .
ESTUDIO DE GÁLATAS DE MARTÍN LUTERO.
MINISTERIO LA PALABRA DE EVANGÉLICOS DE CASTILLA
Tema: NO ENVIDIANDONOS UNOS A OTROS
No se encontraron comentarios.