ALUMBRADOS BURGALESES
Historia
Los alumbrados pueden englobarse dentro de una corriente mística similar desarrollada en Europa en los siglos XVI y XVII, denominada iluminismo que no debe ser confundida con la secta de los iluministas bávaros (o illuminati), ni, evidentemente, con la Ilustración. Es muy habitual utilizar el nombre de iluminista como sinónimo de alumbrado. También se utilizó en la época el nombre de dejado.
Se resucitan eregias porque aquel ynterior dexamiento aquella suspensión occiosa de pensamiento aquel no hazer mas de dexarse a que Dios obre y no ellos error fue de Ioannes hus y de Ioannes flirseso por Leuterio seguido que niegan el libre alvedrio para obrar puniendo la perfeezion en padezer y aquella perfeczion falsa que dogmatizan... de los bigardos y biguinos emano pues propone con ellos que los perfectos no son obligados a ayunar, a orar, ni a humana obediencia subjetos, ni a preceptos de yglesia obligados porque ubi pus dñi ibi libertas (ubi opus domini ibi libertas) y a la adoración y herimiento de pechos que niegan claro es se de los mismos y si el zelo del santo officio no lo ataja es cierto llegara a yntroducir la abominable caridad que almerico y fray alonso de meya dogmatizaron. Lo tercero es sy bien es el cevo del anzuelo en los hereticos mayor cevo es el mayor bien todos los ereges antepasados pretendían la evangelica verdad o bondad y esto el que mas lo pretendía el Leuterio perfido que pretende evangelica libertad...(castellano antiguo)
El informe del prior de los dominicos de Lucena a la Inquisiclón de Córdoba, en 1585, recoge la pretensión de los alumbrados de comulgar sin confesar, porque creían que gente justificada y confirmada en el bien no pueden ya pecar.
Hernando Álvarez y Cristóbal Chamizo fueron unos clérigos de Llerena acusados de extender por Extremadura a finales del XVI y principios del XVII unas extravagantes prácticas y opiniones teológicas, que se consideraron equivalentes a las de los alumbrados por la Inquisición.
HEREJES BURGALESES
Diego del Castillo era un acomodado comerciante burgalés que viajaba con frecuencia a Flandes, donde tenía numerosas conexiones comerciales. Además de atender sus negocios, aprovechaba sus estancias en las diferentes ciudades europeas para proveerse de las nuevas publicaciones, especialmente las de carácter religioso y las diferentes traducciones de las Sagradas Escrituras, muy frecuentes por aquella época, y que en España eran muy difíciles de conseguir, debido que a partir de 1525 había montado la Inquisición, en torno a cualquier libro que pudiera contener ideas o pensamientos reformistas.
El mismo Diego del Castillo formaba parte de un grupo de alumbrados, conocido como “Los doce apóstoles de Medina de Rioseco”, a cuyo desarrollo contribuía no sólo con los libros que traía de Flandes, sino con generosas aportaciones dinerarias de su propio bolsillo.
En 1530 sería denunciado a la Inquisición por dos miembros del grupo, Francisca Hernández y María Ramírez, que le acusaron de luterano. Como consecuencia de esta denuncia entre 1530 y 1532 varios miembros del grupo fueron cayendo en manos de la Inquisición.
Entre ellos se encontraban sus primos Gaspar y Petronila, burgaleses también, y otros compañeros del grupo: Bernardino de Tovar, Juan López de Celaín y Diego López Husillos, con los que, además de sus afinidades teológicas, compartían una estrecha relación de amistad. Otro miembro del grupo, el burgalés Juan del Castillo, hermano de Gaspar y Petronila, primos carnales los tres de Diego, logró escapar de esta primera redada y ponerse a salvo en Paris.
Diego del Castillo, después de permanecer en la cárcel inquisitorial de Granada hasta 1535, fue reconciliado y puesto en libertad, pero con todos sus bienes confiscados. Sus primos Gaspar y Petronila fueron absueltos, pero debieron pagar una fuerte multa.
Bernardino de Tovar, considerado como el jefe del grupo y el toledano Diego López Husillos salieron en libertad en el 1533, con diferentes penas y multas no demasiado graves ni excesivas; peor suerte corrió el vizcaíno Juan López de Celaín, condenado por el Tribunal a que “sea degradado y relaxado a la justicia y braço seglar, con confiscación de bienes”.
La sentencia se ejecutó en Granada, siendo quemado en la hoguera el día 24 del mes de julio de 1530.
El grupo de Medina de Rioseco en principio era un movimiento reformista, entusiasta de Erasmo y de Luis Vives, cuyas obras habían llegado por mediación del burgalés Diego del Castillo, pero que poco a poco fue derivando hacia el luteranismo.
El grupo se había formado gracias a la protección y el mecenazgo que les dispensó el Almirante D. Fadrique Enríquez de Velasco, IV Almirante de Castilla, III conde de Melgar y señor de Medina de Rioseco, alto personaje de la nobleza castellana y también hombre culto y liberal, lleno de inquietudes espirituales, que estaba dispuesto a llevar a la práctica aquellos proyectos reformistas que elaborara aquel grupo de humanistas y teólogos que protegía y financiaba, cuyo objetivo final era “la reformación de la verdadera cristiandad”.
A su muerte, ocurrida en 1538, el grupo prácticamente desapareció. Francisco Blanco.Burgopedia.
Fuente: Fec